Era un humanista. Como tal comunicaba. Hablaba con la creencia del estudio. Aseveraba con la fuerza de la experiencia.

Transmitía sus mensajes con una sonrisa arrebatadora.

Lanzaba sus mensajes filtrando las palabras desde el corazón.

Tenía un corazón esponjoso, cultivado. Su constante formación le hacía utilizar las frases justas. Certero el dardo llegaba al centro de la diana.

Comunicar es un arte. Él lo tenía y compartía. Dedicó  su última década a divulgar sus conocimientos y valores.

Su verbo atinado le hacía lanzar ideas claras a los oyentes de la radio. Se adelantaba a los grandes medios en sus informaciones

Saber comunicar es eso: emitir mensajes que todos entiendan. Ser un revulsivo informativo. Ser verdad. Y lo conseguía.

El Doctor Abascal era un apasionado de la oratoria, del arte de cautivar con la palabra.

Creía profundamente en la revolución desde el discurso hablado. Luchar contra el enemigo a través del lenguaje le parecía fascinante. Huía de las conversaciones vacías y arrogantes que pretendiesen convencer. Le repelía la ausencia de argumento. Añoraba el debate entre distintos.

Escritor de libros científicos, no se resistió al encanto de la novela, el ensayo o el cuento. Obras que muestran su dominio del lenguaje en diferentes campos.

El Doctor Abascal, ejercitaba su arte de la comunicación viviendo intensamente tertulias. Adoraba las conversaciones ante un café, durante un paseo o en su consulta. Quería, sabia conversar.

Escuchar y ser escuchado, ese era su secreto.

Le gustaba enfatizar sus argumentos con datos. Lo hacía instintivamente.

Era un hombre de ciencia. Estudio medicina en Zaragoza y completó sus estudios en el Instituto Pasteur de Paris. Durante dos años trabajo en África.

Le gustaba aderezar sus argumentos con valores. Era un hombre cultivado y con profundos pilares de fe. Gran melómano, describía detalles desconocidos para el gran público de óperas de los más y menos conocidos autores.

Quiso volcar su pasión de divulgación de temas relacionados con la salud en los medios de comunicación. En la radio hallo su paraíso. Nos dejó grandes titulares que hablaban de salud y de vida. Adelanto noticias que despues los grandes medios trataron.

Su humanismo se forjo en una familia de médicos. Con lecturas de los clásicos a los 7 años ordenadas por su tía Isabel. Con la generosidad de trabajar sin horario. De hallar remedio a la enfermedad. Estas pautas escuchadas de de su niñez, lo convirtieron en un extraordinario ser humano y excelente orador.

¿Porque los oyentes esperaban las reflexiones del Doctor Abascal en cada programa de radio?

Sencillamente porque Juan Antonio Abascal tenía su fórmula magistral para cautivar: sentido del humor, estudio y experiencia. Todo ello aderezado con la sencillez del que todo lo quiere aprender cada día.

Una fórmula de comunicación que utilizó siempre en cada emisión. Trabajo que le reportó reconocimientos, entre otros el de Mejor Medico Europeo de su especialidad por su dedicación a la mejora de la prevención y la divulgación en los medios de comunicación.

El Doctor Abascal volcó en cada palabra que pronunció un trocito de vida.

Sus palabras continuan vivas en nuestro programa diariamente.