En cualquier orden de la vida la actitud positiva nos hace llegar más lejos. En el caso de las familias con niños con autismo todavía más.
Las circunstancias que vivimos son neutras, somos nosotros los que decidimos que actitud tomar ante ellas. La manera en la que afrontemos el autismo en una familia será determinante para la buena convivencia.
Cuando a unos padres les confirman el diagnostico de TEA será el principio para una vida diferente. Ese hijo te va a acompañar toda la vida y te va a sobrevivir. Los humanos no estamos preparados para asumir este problema que no tiene cura. La familia dedicara su vida al hijo con autismo, pero ¿cuándo los padres no estén?
Entrenarse en lo positivo, educar en lo positivo a nuestro hijo será la mejor forma para convertir un diagnostico duro en una nueva visión del mundo.
Marta Rodríguez, gerente del Centro Gatea de Atención Global con el autismo, nos propone caminar en positivo.
«No quiero que mis pensamientos se mueran conmigo, quiero haber hecho algo. No me interesa el poder, ni las pilas de dinero. Quiero dejar algo atrás. Quiero hacer una contribución positiva. Saber que mi vida tiene un significado.»

“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras. Ni temas ni a cíclopes ni a lestrigones. No los hallarás en el camino si tu pensar es elevado. Pide que sean muchas las islas en las que recalar. Empápate de sus tesoros. Mas no apresures el viaje, mejor que dure muchos años y llegar viejo y enriquecido por el camino, hasta Ítaca…¨